No sabía exactamente como enfocar esta entrada, es una entrada un poco dura para mi ya que tengo que poner a caer de un burro un aparato que en principio me tenía enamorada y que encima era muy especial por lo que significaba para mi, pero, llegados a este punto ya no me queda más remedio que tener que explicar mi experiencia por que creo que es justo que es necesario y que debe ser denunciado de alguna manera de forma pública.
Yo no voy a decir cosas como “quien me conoce sabe que… “ o chorradas así, a mi poca gente me conoce, aún menos gente me sigue y francamente las cuatro personas que seguimos siendo desde el inicio ya me están bien y como esto puede que lo lea otra persona que no me conoce ni me sigue ni sabe nada de mi voy a explicarme un poco.
Mi cumpleaños fue el 28 de Diciembre del año pasado, no hace ni un mes todavía de eso, cumplí 29 años lo cual es irrelevante y fue todo estupendo pero no he venido con finalidad de hablar de mi cumpleaños si no que un poco antes recibí mi descuento del 25 por ciento de Sephora, con toda la ilusión mi madre me acompañó y me regaló el aparato llamado Clarisonic.
Este es un aparato de limpieza facial que no gira ni rota si no que vibra y el movimiento en círculos sin apretar demasiado sobre la piel lo realizas tú de forma manual mientras el cacharro pues eso, va vibrando.
Hasta ahí todo bien, todo normal, como lo compró antes de mi cumpleaños al final se convirtió en mi regalo principal de navidad, así es que hablamos del día 24 de Diciembre y lo dejé cargando tan ricamente durante todo un día o lo que ponga en las instrucciones que ya ni me acuerdo, cuando ya estaba cargado del todo lo usé.
Voy a ser explícita así es que prestad atención:
Lo cargué
Lo encendí
Lo usé
Mi piel murió
Ese podría ser perfectamente el resumen de mi pesadilla pero quiero poder explicarme un poco mejor.
Cuando lo usé por primera vez la piel me quedó suave, mi piel ya es suave pero quedó más suave que nunca, más limpia que nunca y más resplandeciente que nunca.
Mi piel es sensible, tengo rosácea, es tirando a seca y sobre todo tiene a veces en invierno pequeñas descamaciones que tengo que ir paliando hidratándola en profundidad y exfoliándola simplemente de forma suave una vez por semana y con eso ya no necesito nada más.
Cuando fui a Sephora ya me había tragado todos los malditos vídeos que pueden existir en Youtube, ya había averiguado por foros, blogs, ya había en fin… recabado toda la información posible y aún así quise asesorarme de forma comillas profesional con una que pensaba idem del sector.
Le pregunté a la dependienta pensando que sería una trabajadora más, una dependienta más de la tienda, grave error, tiempo después me enteré de que era una promotora oficial de la marca, cosa que si me pintas así es aún peor si cabe pero en fin, de eso ya hablaré más adelante.
La mujer me dijo que no solo podía emplear el aparato dos veces al día sobre mi piel sensible si no que no necesitaba comprar el cabezal especial del cepillo si no que ella que también sufría rosácea utilizaba el cabezal para poros abiertos que es el más fuerte y agresivo que existe, como no me dejo comer fácilmente la cabeza por mucho que ella me insistió me llevé el cabezal extra sensible ya que el aparato viene con un cabezal que te venden como sensible pero existe otro aún más sensible que es el que finalmente terminé comprando.
Así es que jamás llegué a utilizar el cabezal del aparato original si no que el extra sensible.
Cuando pasó el primer día de uso todo era fantástico y maravilloso pero, al día siguiente ya noté como salió el primer granito, el típico granito hormonal que puedes achacar a la regla o a cambios hormonales típicos en cualquier mujer, y así de pronto, de sopetón comenzó la pesadilla.
Al segundo día de usar la mierda de Clarisonic mi piel entró en crisis, tuve un brote de rosácea como jamás he visto, mi piel se hinchó, sufrí una reacción alérgica, me apareció ACNE y yo en mi puta vida he tenido acné y en fin… terminé casi con la piel en carne viva.
El tercer día lo usé solo una vez y al cuarto día me di por vencida, el aparato del demonio estaba claro que me estaba destrozando y lo dejé de lado lo metí en su caja y me olvidé por completo de el.
De lo que no me olvidé fue de hacer valer mis derechos, me puse en contacto con Sephora y fueron bastante ineptos a través de facebook asegurándome de que aunque lo sentían en el alma por mi y mi pobre y masacrada cara no podían hacerse cargo de la devolución del aparato por que estaba usado, así es que llamé al Sephora donde lo compré y no se si es por que me conocen, por que soy gold vip de esas o vaya usted a saber por qué pero el caso es que me lo cambiaron sin problemas haciéndome entrega de la devolución de mi dinero ipso facto y pidiéndome perdón.
Y no obstante aún así ellos seguían erre que erre insistiendo en que el aparato es apto para pieles sensibles y se puede/debe usar dos veces al día, si ya… y los cojones de tu padre también no te jode.
Ni estoy siendo fina, ni educada, ni tampoco me apetece, me destrozó la piel un puto aparato que vale casi 150 euros (por que encima el mío era el barato, el pequeño) y francamente estoy harta del tema.
Por fortuna he podido recuperar mi piel no sin antes invertir en unos productos específicos y concretos que le han devuelto el aspecto original, si alguien necesita saber de qué productos hablo que prepare la cartera y me lo deje en comentarios que ahora mismo no me apetece escribir más.
No, no es una entrada larga.
No, no es una entrada agradable.
No, no hay fotos, no me apetece rememorar el aspecto terrible que me hizo pasar días en casa sin salir y que quede inmortalizado.
Y sobre todo, no se si le resulte útil a alguien o no, pero me he quedado más larga que ancha y esa es mi experiencia real.
Existe la cosa esa llamada Foreo que no es igual que es de silicona y que te hace el desayuno y francamente aunque paguen justos por pecadores por mi se lo pueden ir metiendo por el culo por que no me da la gana seguir jugando a experimentos chungos con mi piel.
Y eso es todo.
Al igual que conseguí devolverle la vida y el aspecto hermoso y normal a mi piel volverán las entradas hermosas y normales a mi vida, y a mi hogar, pero, de momento, presa de la indignación que me produce todo esto solo puedo pensar que, gracias a la devolución del dinero he conseguido mi primer producto de La Mer y me siento conforme con ello, digo… por sacarle algo positivo y simbólico.
Por lo demás…
Me remito al título: Clarisonic infernal.